PREMIO DE ORO A LA FIDELIDAD

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lunes, 6 de octubre de 2008

El cangrejo rojo o cangrejo americano.


El cangrejo rojo o cangrejo americano empezó a introducirse en España en los años sesenta del siglo pasado con el objetivo de producirlo para su introducción en el mercado de la alimentación.
Los primeros intentos no tuvieron demasiado éxito y no fue hasta 1973 cuando una partida introducida desde el estado norteamericano de Louisiana empezó a reproducirse según los deseos de sus introductores.
Morfología

Su tamaño alcanza los 10 cm desde el rostro hasta el telson. Coloración que varía de rojiza a gris azulada. Caparazón céfalo torácico con numerosas espinas en ambos lados de la sutura cervical. Rostro con los bordes convergentes.
Su alimentación es omnívora.

La reproducción comienza con la fecundación, en otoño, de la hembra, por el macho. Los huevos, alrededor de un centenar permanecerán plegados a los (pleópodos) «falsas patas» de la madre.
En primavera eclosionarán los huevos y aparecerán pequeños cangrejos similares a la madre.

Los cangrejos de río presentan una morfología externa más alargada que el resto de cangrejos, lo que los hace similares a pequeños bogavantes.
Se componen de un cefalotórax con 5 pares de patas, el primer par con pinzas para alimentarse, y el abdomen con «falsas patas» (pleópodos).

Los cangrejos de río mudan el exoesqueleto y si se encuentran en latitudes como las mediterráneas invernan durante unos meses.

La cópula va precedida de una lucha, a veces con heridas mortales, entre el macho, que tiene pinzas, y la hembra. Cuando el macho consigue tumbar a la hembra expulsa el semen por la base de las falsas patas (pleópodos) del abdomen. En el cangrejo de río ibérico la fecundación de los huevos ocurre un mes tras la cópula.

Impacto ecológico
Al ser P. clarkii una especie clave e ingeniera en el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos y con gran capacidad de invasión el impacto directo que puede ocasionar su introducción al ecosistema se debe ver desde al menos tres perspectivas.

La primera es su potencialidad de alterar la producción total de los ecosistemas La segunda, hace referencia a sus hábitos alimenticios, ya que como gran depredador carnívoro, mientras busca animales ingiere grandes cantidades de herbáceas y detritus, esta tasa aumenta al disminuir la proteína animal.

A altas densidades de cangrejos, el forrajeo se puede extender tanto que modifica totalmente el hábitat, al destruir los tapetes microbianos y las praderas de macrófitos.
Finalmente, debe considerarse al cangrejo como presa de otros animales, tanto invertebrados como vertebrados.

Los diversos estudios de P. clarkii desarrollados por el grupo de investigación de la UAM han puesto de manifiesto una serie de característica inherentes a esta especie por las que se ha convertido en clave para la transferencia del flujo de energía entre los niveles tróficos, al mismo tiempo que se ha evidenciado su importancia en el ciclo de la materia y reciclaje de nutrimentos en algunos ecosistemas que ha invadido.

Además, se ha demostrado que es una especie ingeniera del paisaje, al transformar físicamente su entorno y al alterar la disponibilidad de recursos para otras especies.

Estas alteraciones las ha realizado, principalmente, por la modificación estructural de la marisma al reducir o eliminar totalmente las praderas de macrófitos acuáticos, y por sus hábitos de enterramiento durante la época reproductora, ya que al construir galerías afecta la composición física del paisaje.

Las medidas de gestión relacionadas con las poblaciones de cangrejos, o la forma de manejar los sistemas acuáticos con presencia estable de poblaciones de cangrejos deben tener como objetivo básico reducir la presión que esta especie ejerce sobre las praderas de macrófitos acuáticos cuando alcanza altas densidades de individuos y el sistema está permanentemente inundado.

Más de 40 años después de los primeros intentos de reintroducción del cangrejo americano poco afortunados por cierto, la realidad en el momento actual, no solo es preocupante si no también poco alentadora como consecuencia de su impacto negativo en la naturaleza, su entorno y sus plagas.

El último caso de plaga de cangrejo americano se ha dado en Barcelona. Según informaba el periódico Avui en su edición del miércoles, el lago del parque Diagonal Mar de la capital catalana está lleno de estos ejemplares, y su número va en aumento día a día (aunque hay quien dice que esto no es así, puesto que la gente ya está empezando a pescarlos para su propio consumo).

Al parecer, algún vecino llevó hasta allí algunos ejemplares, no se sabe si por negligencia o para tener "su propia piscifactoría".

Su comercialización. ¿Cómo sacar el mejor provecho de una situación adversa?

Aunque el cangrejo americano ha sido introducido en numerosos lugares del planeta, su explotación comercial se reduce básicamente a Louisiana (EEUU), su área de origen, República Popular China y a las marismas del Bajo Guadalquivir (Huner, 1989; ver también Huner et al., 1992). Las causas de esto son de tipo cultural y/o sanitario.

En la mayor parte de los lugares donde ha sido introducido no existía una tradición de consumo de éste u otro crustáceo parecido, como es el caso de los países africanos y americanos con excepción de EE.UU.
donde se consume en grandes cantidades P. clarkii (Huner & Barr, 1991) y México, donde se consumen otras especies de cangrejos desde tiempos prehispánicos (Gutiérrez-Yurrita & Latournerié, 1992). En Japón, además de ser considerado como un alimento de escasa calidad, actúa como vector de ciertos parásitos intestinales que desaconsejan su consumo (Penn, 1954).

El cangrejo americano es un gran depredador y no tiene a su vez depredadores naturales que mantengan su población controlada, con lo cual la población no ha parado de crecer en todos estos años hasta niveles que en algunos casos representan un problema:
desaparición de las especies autóctonas y de otras especies de anfibios a causa de su voracidad, problemas para los agricultores en los arrozales, desaparición de especies vegetales a causa de los túneles que el cangrejo excava para vivir, etc.
No conforme con este lamentable daño, resultó que era portador de la afanó micosis.

Si no se gestiona su crecimiento incontrolado, o no se detiene ahora su crecimiento desmesurado, algún día veremos a los cangrejos rojos, ocupando las plazas y calles de las pedanías de nuestros pueblos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece de gran interés para que nos demos cuenta de los problemas que puede traer cuando se introducen especies en habitats que no son los suyos ya que esto trae grandes consecuencias.
un abrazo de Manuel Peinado.

Anónimo dijo...

hola José Luis, tu artículo está muy bien y muy interesante , sirve para saber que existe este cangrejo que yo desconocía y los problemas que causa en el entorno , muy acertado enhorabuena.
Guillermo.

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante el tema que has escogido, el cangrejo americano, te falta una opinión personal mas critica como Medio ambientalista que eres, es verdad, pero no obstante esta muy bien hecho, me encanta, sobre todo la parte final explicas las consecuencias de su expansión sobre todo para con la fauna autóctona de nuestros ríos.

Antonio.